La
actuación policial acaecida ayer 20 de septiembre, por orden de un juzgado, concretamente
el número 13 de Instrucción de Barcelona, y denominada “operación Anubis” va a suponer un punto de inflexión en el problema catalán. Ha supuesto un golpe de
efecto y cambiado la tendencia de cuanto estaba ocurriendo en Cataluña.
En
esta operación, por lo que se ha podido saber, la Guardia Civil se ha incautado de papeletas, censos y afiches
publicitarios del ilegal referéndum, cogiendo a toda la cúpula del independentismo
catalán con el pie cambiado, por la sorpresiva
actuación policial, agravada con una serie de detenciones.
Detenciones
policiales, por orden judicial, con el siguiente balance:
Detenidos
por sus ideas: 0
Detenidos
por ser independentistas: 0
Detenidos
por posibles delitos tipificados por ley: 14
Hay
que tener muy claro estos datos ante las manifestaciones vertidas por el Sr.
Puigdemont e Iglesias, porque en este país, en España, no hay presos políticos.
Me
atrevería a decir, con todo el respeto a su memoria que, el último preso
político que hubo en España fue Miguel Ángel Blanco.
Desde
mi modesto punto de vista esas declaraciones del Sr. Iglesias son de una
gravedad extrema. Sabedor, por su preparación academia y como docente, que los
detenidos lo han sido primero por una orden judicial y segundo, en calidad de
la presunta comisión de un delito de desobediencia, prevaricación, sedición y
malversación de fondos públicos. Sus detenciones no han sido por su ideas, como
lo prueba la instigación, cánticos y gritos que la gente vertía en la calla
ante la actuación de la Guardia Civil.
Y
si esto fuese poco motivo de escándalo, no podemos olvidar que este mismo señor
(Iglesias) se permite calificar las detenciones efectuados como presos
políticos y en cambio se niega a condenar y calificar como tal las detenciones de
los miembros de la oposición política en Venezuela. Paradójico.
Lo
que ha pasado en este fatídico día es lo normal en un Estado de derecho como es
España y que tiene instrumentos para defender la democracia frente a esta
técnica golpista posmoderna que ha sido el 'procés'
El
Sr. Puigdemont, Junqueras, la Sra. Forcadell, Gabriel y resto de diputados
independentistas, fueron quienes hace dos semanas liquidaron en el Parlament,
el orden constitucional y estatutario, sin escuchar a los letrados de la Cámara
ni el criterio del Consell de Garanties, y pisoteando los derechos de los
diputados de la oposición. Fueron ellos y nos otros los que conculcaron la
autonomía catalana “de facto”.
Y
no será porque no estaban “avisados”
cuando la semana pasada, las cuatro grandes asociaciones de jueces, de signo
ideológico diverso, publicaron un comunicado conjunto en el que se afirmaba que
el Govern había perdido el carácter de autoridad al rebelarse contra la norma
constitucional, por lo que ya “no tiene
que ser obedecido”.
Estos
mismos jueces también decían otra cosa sobre la que deberían hacer reflexionar
las personas que estos últimos días han intentado obstaculizar la labor de la
Guardia Civil bajo mandato judicial: la desobediencia que desprecia las normas
jurídicas "no es un acto heroico
sino totalitario".
No
obstante siguen vendiendo victimismo, manipulando y adaptando la realidad a sus
intereses. Engañando a los conciudadanos cuando en declaración solemne, el
President de la Generalitat (que no Presidente de Cataluña, cargo político que
no existe), se permite calificar lo
ocurrido como desmesurado, denunciando la "suspensión del autogobierno" y el "estado de excepción". Algo que como se ha indicado, de haber
ocurrido ha sido por su propio proceder. Y persistiendo en su idea de
transgredir la ley con la celebración del referéndum.
Olvida
el Sr. President de la Generalitat, y resto de acólitos independentistas, donde
visto lo visto, incluyo a Pablo Iglesias, Ada Colau y Xavier Domènech, que la
Justicia no es un pilar más del Estado de Derecho, es el pilar fundamental de
cualquier democracia. Atreviéndome a decir que sin justicia no hay libertad.
La
Justicia es la responsable de garantizar la balanza de lo justo, siendo el
contrapunto a los eventuales abusos de poder.
La
Justicia es la columna vertebral del Estado de Derecho, hoy, mañana y siempre.
Basta recordar la máxima del escrito romano Cicerón, cuando sentenció que “somos esclavos de las leyes para poder ser
libres”.
Desde
la Revolución Francesa que se acuñó el lema de “libertad, igualdad y fraternidad”, el acceso a la aplicación
imparcial y eficiente de la ley es una de las bases de una democracia moderna
como sistema de gobierno. La premisa de toda democracia es que todo ciudadano
es igual a otro en el momento de emitir su voto; de igual forma lo son ante la
aplicación de la ley.
No
puede existir igualdad en la emisión del sufragio, si no la hay también frente
al imperio de la ley. En otras palabras, si
no existe justicia no existe democracia.
Por
último, recordar a la Sra. Forcadell, que en Cataluña no ha habido un golpe de
estado por parte del gobierno de España. Como muy bien dice Josep Borrell “en Cataluña hay un golpe de Estado de un
régimen neodictatorial”, como se escenificó el pasado 6 de septiembre en
el Parlament de Catalunya.
Y
por favor, no insulten la inteligencia de todos los españoles. Lo que ha ocurrido
este 20 de septiembre es tan sencillo como que se ha aplicado la Ley. Todos estamos sometidos al imperio de la Ley.
Absolutamente de acuerdo.Yo si se lo que es vivir 2 golpes de Estado y un intento aquí en España , y se que la Democracia en España empezó saliendo elegido SUÁREZ..agradecida de enviarme este comunicado !!
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