Llega la Navidad y, con ella,
la tradición de enviar postales
navideñas a familiares y amigos. En papel, virtuales o a
través de un mensaje por el teléfono, lo importante es ese mensaje que van a
recibir con toda la ilusión del mundo. Y este año, tal vez, más que nunca,
estos mensajes son más necesarios.
Con esta realidad que nos ha
tocado, son muchas las personas que no van a poder juntarse con
sus seres queridos en unas fechas tradicionalmente dedicadas a la familia. Sobre
todo, serán muchos los abuelos que no van a poder compartir con sus hijos y
nietos unos días tan señalados. Y la idea de una Navidad en soledad, como poco,
va a ser muy duro y que en algunos casos puede derivar en melancolía y
añoranza.
Con casi toda seguridad, la mayoría
de nosotros vamos a vivir las navidades más atípicas y tristes de nuestra vida.
Serán unas fiestas llenas de incertidumbre y con muchas medidas. Desde
restricciones de movilidad, hasta limitaciones en cuanto al número de
familiares o amigos que nos podremos reunir.
No creo que muchos, en su memoria
histórica, salvo nuestros mayores que vivieron nuestra atroz guerra civil,
puedan recordar unas fechas navideñas tan distintas.
Pero esa peculiaridad no
significa que no debamos vivirla y disfrutarla. Guste o no guste es la realidad
que nos ha tocado vivir. Vivir algo histórico y que marcará toda una
generación.
Ha sido un año duro, muy duro,
tanto a nivel personal como profesional. Todos conocemos personas que se han
visto afectados por esta malhadada pandemia.
Desde este despacho, vuestro
despacho, os queremos desear unas felices navidades y próspero año nuevo. Conscientes
de vuestro esfuerzo, sacrificio y dolor, solo podemos transmitiros nuestro
respeto y admiración. Porque pese al caos normativo, la falta de ayudas y todos
los problemas que cualquier actividad conlleva, habéis demostrado vuestra
capacidad de sacrificio, continuidad e inventiva. ¡Gracias!
A todos mis compañeros de despacho, donde todas las palabras son pocas, manifestar públicamente mi gratitud y admiración. Han sido, y siguen siendo, jornadas duras y eternas, donde el caos de la administración y su afán recaudatorio, sin tregua para los ciudadanos, nos obligan a jornadas maratonianas. ¡Gracias!
Por doquier escucho que la pandemia nos va a quitar la Navidad, pero debemos “luchar” para que eso no sea verdad. Nada
ni nadie, y menos una malhadada pandemia, puede quitarnos la Navidad y, si bien
es cierto que este año, como hemos comentado, serán unas fiestas atípicas y muy
diferentes, también es verdad que es más importante que nunca animar a los
queremos y hacerlos sonreír. Tal vez no podamos sentarnos a comer en la misma
mesa, pero sí podemos compartir nuestros mejores deseos en la distancia, y por
ello, desde os deseamos unas felices navidades, llenas de ilusión por un año
nuevo totalmente diferente, pero repleto de normalidad. De esa normalidad que
nos permita abrazarnos, juntarnos y volver a disfrutar de la vida.
Y en este punto, no podemos dejar de
tener un pensamiento por cada uno de los miles de fallecidos. No podemos
olvidar que detrás de cada fallecido, no solo hay un número, hay una vida, una
historia, una familia. ¡Por todos ellos!
Os reiteramos nuestro reconocimiento por vuestro esfuerzo,
dedicación e ilusión.
Feliz Navidad
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