martes, 31 de octubre de 2017

Viaje canalla


Viajar de incógnito, cuando tu pueblo sufre la realidad de un engaño. Pedir que un pueblo se movilice, se jueguen su patrimonio y, en ocasiones su físico, mientras ellos, a buen recaudo “ponen” su patrimonio y los dirigen desde suntuosos despachos… Así, es fácil “hacer política”. Así se engaña a todo un pueblo. Así se hace propaganda de una quimera. Así se agita una sociedad contra sí misma.

Movilizaros por mí. Luchar por mis intereses, que yo os haré creer como vuestros. Y si el tema se tuerce, yo me salvaré por vosotros.

Parece algo de una película barata. Un guión de aficionado, que está ocurriendo en una realidad que se llama Cataluña, España.

Dirigentes sin escrúpulos movilizan la calle a su antojo. Inoculan un sueño irreal, a sabiendas de las desgracias que se les viene encima, y a las primeras de cambio, huyen arrogándose un victimismo impropio y halo de dignidad, que engrandece aún más, si cabe, su miseria.

Así es la calaña de algunos políticos.

Si hace falta, manipulo y tergiverso la historia. Si no es suficiente, creo una idea supremacista. Para mayor seguridad, nos presentamos como la quinta esencia. Y con todo ello, este cóctel bien agitado, movilizo la gente. Resultado: confrontación, frustración, dolor y penuria.








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