"Sin Abogado, sin buen Abogado, no hay
defensa". El Abogado es el primer Juez de un asunto".
Me quiero permitir el lujo de dar
una serie de consejos, desde mi punto de vista imprescindibles, para conseguir
que la elección de un despacho sea lo más acertada posible:
Experiencia.- Posiblemente el aspecto principal y, a mi entender, fundamental. Igual que no nos dejaríamos operar por un cirujano
recién salido de la facultad de medicina o algún piloto que haya finalizado la
escuela recientemente y con nula experiencia de vuelo, sólo un despacho experimentado
podrá ofrecer el mejor asesoramiento y cuidar mejor los intereses de todas
aquellas personas que acudan a su consulta.
Rama de especialización.- Hay numerosas divisiones del
derecho y cuando tengamos cualquier duda o conflicto, lo mejor es recurrir a la
consulta de un profesional especializado en tu problemática. Hay despachos especializados
en derecho constitucional, derecho internacional privado, penalista, derecho
administrativo, derecho mercantil, derecho procesal civil o laboral.
Si sabemos qué tipo de consulta
queremos hacer, mejor dirigirnos a aquel despacho que esté más cualificado en
su área. Si tenemos dudas, es aconsejable que antes de la primera consulta
nos cercioremos que el profesional esté especializado en la materia que
queremos tratar.
Primera visita.- Una vez hayas reducido tu decisión a algunos despachos que respondan a tus expectativas lo mejor es realizar la consulta con aquellos pocos que te generen más confianza. En esta primera visita expón tu caso para que el profesional pueda opinar sobre tu situación, te explique la línea de actuación y el posible recorrido jurídico. Se trata de una toma de contacto vital para conocer de qué manera se estructurará tu caso.
Confianza y seguridad.- Asegúrate de que el despacho
elegido es de tu total confianza. Que te transmite seguridad, porque se tiene
confianza en el que va a ser tu despacho o no se tiene. Si el despacho es de tu
total confianza, perfecto, pero si tienes algún tipo de dudas de que no se
trata del adecuado, acude a otro profesional, a otro despacho, con el que te
sientas más cómodo y te ofrezca más garantías de éxito.
Accesibilidad.- En ocasiones acudimos a un gran despacho,
a un despacho de renombre, de esos que siempre están en la prensa, pero apenas muestra atención ni el respeto
adecuado por nuestra situación. Si ésta es tu primera sensación, mejor buscar
alguien que te lleve el caso de la manera más personalizada. Toma nota
si durante el tiempo que te atiende intenta acabar la visita
rápidamente o hace otras cosas como podría ser revisar correos electrónicos o
atender constantemente las llamadas telefónicas.
Interés propio.- El mejor profesional es aquel que
entiende tus inquietudes y te aconsejará en función de tus intereses. Un profesional
de confianza no antepondrá sus intereses a los tuyos. Será leal y luchará hasta
el máximo para que obtengas la mejor compensación.
Éxito en casos similares.- Como el primer punto, la
experiencia es un grado, pero también es muy importante que haya llevado casos
similares con éxito. No es lo mismo un abogado laboralista
experto en despidos que otro en derecho laboral experto en mobbing o acoso laboral. Dentro de cada rama del
derecho cada despacho es más experto que otro en un punto concreto, desconfía
de aquellos que ofrecen sus servicios como un despacho especializado
en múltiples ramas del derecho. Seguramente tendrá un punto diferenciador
respecto a la competencia que los haga ser mejores. Si lo conoces apuesta por
ellos.
Coste del procedimiento.- Una vez hayas finalizado la
visita debes conocer los honorarios con todos los escenarios posibles; tanto
el positivo como el negativo. Desconfía, y mucho, si un despacho te ofrece
precios muy por debajo de mercado. Puede que te ahorres un poco pero si
finalmente pierde tu caso habrás perdido mucho tiempo y dinero. El
precio es, sin lugar a dudas, un elemento diferenciador y por este motivo debes
conocer los honorarios y exigir transparencia, pero nuestro consejo es que
no te guíes solamente por este factor.
Entendemos que para escoger a un
buen despacho, es necesario tomar en consideración los puntos expuestos
anteriormente, pero evidentemente no son los únicos consejos a tener en cuenta,
ya que hay más consideraciones a tener en cuenta. No olvides nunca el feeling,
la química entre el despacho, el cliente y tus intereses.
Así pues, cuando requerimos de
ayuda legal de un despacho, debemos estar tranquilos de haber sabido escoger la
persona adecuada para que defienda nuestros intereses y, sin lugar a dudas, sea el
profesional más capacitado para llevar nuestro caso a buen puerto.
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